sábado, 15 de septiembre de 2012

RETOMANDO HORARIOS
















Las intermitencias en las entradas del blog resumen un poco lo que ha sido el verano deportivamente hablando. Sin objetivos claros en la cabeza me he limitado a salir cuando he tenido ganas y a descansar cuando el día se torcía lo más mínimo por múltiples razones tiempo, ganas, meteorología, otras labores, trabajo y quehaceres en general. Sin competiciones que me motivasen tanto como para romper el miedo de rodar en pelotón o tirarme por bajadas técnicas he tratado de sacarme dos espinitas que tenía clavadas. La primera ya salió en la última entrada, bajar de 23' en Alisas. A un 80% en mi estado de forma lo he dejado en 22'55'' y calculo que mi tope en un día excepcional sean unos 30'' menos. El día que lo conseguí se lo dije a Juanjo: "me parece que con ésto ya he cumplido esta temporada". A partir de aquí sólo me quedaron ganas para pasar un día de los 200km. Este año sólo un día llegué a 198km y acabar la temporada sin llegar por lo menos una vez a los 200, pues como que no. El sábado día 1 Miguel Angel, Juanjo y yo salimos de casa con la clara intención de no regresar sin ver  los 200 km en los cuentakilómetros y para ello nos dimos la vuelta por Palombera, Reinosa, Corconte, La Matanela, San Pedro del Romeral, La Braguía, San Martin y para casa. 203 km.Objetivo conseguido.
Desde el día 3 estoy descansando, con alguna caminata poscena y una gran marcha el domingo pasado hasta el Pico Urriulu o Naranjo de Bulnes. De Pandébano al Naranjo casi 15km de pura espectacularidad. Yo salí a un ritmo frenético para llegar a la base y volver en busca de Ricardo pero él iba en cabeza de grupo junto a Maruco, así que en mi regreso tampoco tardé tanto en encontrarmele. En la bajada mis pensamientos se centraban en que dentro de unos 4 años, Ricardo ya me va a acompañar vaya al ritmo que vaya pero después de encontrarme con él y hacer el resto de la subida juntos, lo más duro, me quedó muy claro que dentro de unos 4 años el que va a tener problemas para seguirle voy a ser yo. A mi ya me pesaban un poco las piernas y el ritmo de subida no bajó mucho del que hice primero. En la bajada más de lo mismo, yo marcando ritmo y él sin soltarse lo más mínimo. Los últimos metros los hicimos corriendo y la gran diferencia fue que al día siguiente yo tenía unas agujetas de caballo y él estaba como una rosa. Ver que disfruta haciendo deporte y caminando por la montaña me llena de felicidad.
Ésta semana no he hecho nada que no sea trabajar. Me toca todo el mes de tarde en la zapatería y salgo  de lo mío a las 4 para estar a las 5 vendiendo zapatos. Me parece que mañana madrugo y que la semana que viene ya toca hacer algo. Tengo muchas cosas en la cabeza.

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