Pues ya tengo un SOPLAO en casa, para mí éso es lo que significa el trofeo y sin duda de todos los que tengo éste está entre los dos más especiales, vosotros sabéis la cantidad de sudor que forma esa bonita estela que lleva esculpido el logotipo LOS 10.000 DEL SOPLAO.
Sin duda dominar el terreno por donde uno anda es un buen punto de apoyo para la confianza, para estar seguro de sí mismo y para controlar los nervios. La víspera de las BTTs siempre he dormido mal, con nervios, el tramo de bici en el que vamos todos juntos me ponía nervioso, aquí no me pasa lo mismo, dormí poco pero bien y lo de poco ya sabéis que no es mucho problema para mí. Me fui casi a la 1 a la cama y a las 4 ya estaba despierto, a las cinco desayunando, primera clave de la carrera, lo de siempre más un plato de arroz integral, unas rodajas de patata cocida, dos nueces más que las de costumbre y casi tres horas por delante para empezar con la digestión hecha.
A las 6:45 estábamos en Cabezón, increible, el ambiente, las caras, las dudas, las confianzas, gente de todas partes en un bonito pueblo de mi querida CANTABRIA para cumplir un reto, una prueba deportiva. Gente de todos los niveles luchando por un mismo objetivo de pasar una línea de meta. Repito ¡INCREIBLE!
La adrenalina me recorre el cuerpo y parece ser que me quita todos los dolores porque de los isquios, mi principal incognita, no me volví a acordar. En la línea de salida todos juntos, maratón y COMBINADA, parece ser que los de la COMBINADA un poco más atrevidos porque todos ocupábamos posiciones delanteras. Traca y salida. Ocupo posiciones delanteras y ya en el primer km nos adelantamos tres, entramos por Santa Lucía hacia la Sierra del Escudo, primeras rampas y según más se empina mejor me ecuentro, me destaco subiendo tranquilamente y ya cumbreando se unen dos, Fran Piñera, ganador de la maratón y creo que 7º en Zegama el año pasado o el anterior, por cierto él y el segundo clasificado me preguntaron "oye tú que corres el maratón o la COMBINADA jaja". Subiendo no tengo problemas pero cuando le ví bajar el cortafuegos comprendí que no era la rueda a seguir, 2' me metió abajo.
El cortafuegos quema muccho, supone u lastre que llevas para toda la carrera y a partir de aqui hice prácticamente toda la carrera sólo, a mi ritmo tratando de reservar todas las fuerzas posibles, controlando en las bajadas y en las zonas de mucho barro, intentando no mojarme los pies en los pequeños arroyos que cruzan la ruta de los puentes. Siempre colocado en el 5º lugar y sin ver a nadie por delante ni por detrás me concentraba en el camino y en las sensaciones del cuerpo. En una carrera tan larga, por montaña, nunca se sabe pero el cuerpo iba respondiendo. En el avituallamiento de Brañazarza me encontré con el cuarto en ese momento, allí nos repusimos los dos tranquilamente para luego hacer las dos subidas más importantes. En Brañazarza dejé a mi compañero de avituallamiento y comencé a ver al tercer clasificado que subía andando, poco a poco le fui dando alcance y jusnto arriba del Toral ya formábamos pareja. Primer contratiempo, el abductor derecho se queja y fuerte. Ahí aflojo y la bajada hasta Cabezón la hago lo más tranquilo que puedo, en la rampa de hormigón reservo cuadriceps, siempre pensando en lo que queda por delante y el tercero se va. No importa, mi carrera es otra. Al final de la rampa me esperan Ricardo y Marcos, se me quitan todos los dolores y me acerco a Cabezón con la gente animándome, realmente se me ponían los pelos de punta. Ya cruzando la meta se da mucha bola al primero en la transición de la COMBINADA.
Transición rápida, lo justo para cambiarme las playeras comer algo, abrigarme y estira un poco. En las primeras pedaladas veo que el abductor responde, no así los gemelos que se acalambran constatemente. Sigo dando pedales y haciendo pequeños cambios de posición y estiramientos pero la sensación de calambre continua, me preocupa, pero según voy ascendiendo el Moral voy mejorando y mejorando. Me acompaña una moto de la organización que me ayuda en los avituallamientos y además me va dando referencias sobre el segundo siempre constantes entre 15 y 18'. Me relajo, llego arriba en 1h y bajo muy tranquilo, quiero ganar y no voy a apretar más. Llego a Correpoco-Llendemozó voy con fuerzas y trato de pasar los tramos en bici pero en uno me caigo, no me sale el pie de la cala y caigo hacia un lado. Golpe directo en la rodilla en una piedra picuda. Cuando ví la rodilla pensé que la carrera se había terminado, su alucinante y exprés inflamación tenía muy mala pinta pero ahí eché de raza y me subí enseguida en la bici, lo que pasa es que dejé de arriesgar, la última referncia eran 15' y los tramos de barro los pasé andando todos. La moto me seguía diciendo, tranquilo 15' es mucho tiempo ¡Me cagüen los 15'! Primera rampa fuerte del Negreo y en la segunda rampa veo al segundo clasificado a mi rueda. Puedo decir que me dio tal descarga de adrenalina que los dolores desaparecieron instantaneamente. Hice tal subida al Negreo que no creo que la hubiese hecho igual si llego a correr la BTT. Me la jugué porque a esas alturas los calambres eran una amenaza cosntante pero subí a todo lo que pude y realmente fue muy fuerte. La bajada ya no os quiero contar y la recta de Ruente a Cabezón como una crono en la que no bajé de 45 km/h. Me parece que en el Negreo pase a más de 50. Me planté en la línea de meta con 12 minutos de ventaja, tiempo para disfrutar de la entrada.
Los niños, Laura todos allí esperándome Bea, Toñi, Raquel, Sergio... ¡Qué bonito la verdad! Es una pequeña cosa pero que supone muco para mí, bueno mucho pues..... como un Tour de Francia para los buenos, ésas son nuestras recompensas. Un abrazo a todos y mil gracias. Mañana hablaré de Oscar y del otro Oscar y de Maruco y de Toño y de Sebio y de Patri y de Lara, y de Manu y de Sergio y de todos los que cruzastéis o por lo menos los intentasteis. ¡Un día bonito el de hoy!